jueves, 2 de junio de 2011

LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN, LA MEDITACIÓN Y LA ACTITUD DEVOCIONAL



"Sumergíos en el océano de Mis palabras para que descifréis sus secretos y descubráis todas las perlas de sabiduría que yacen ocultas en sus profundidades. Cuidaos de no vacilar en vuestra determinación de abrazar la verdad de esta Causa, Causa mediante la cual se han revelado las potencialidades del poder de Dios y se ha establecido Su soberanía. Apresuraos hacia Él con rostros radiantes de gozo. Ésta es la Fe inmutable de Dios, eterna en el pasado, eterna en el futuro. Que aquel que busca, la alcance; y en cuanto a aquel que ha rehusado buscarla, ciertamente Dios es autosuficiente y está por encima de cualquier necesidad de Sus criaturas."1

BAHÁ'U'LLÁH

"Adora a Dios de tal modo que si tu adoración te condujera al fuego no se produciría alteración alguna en la misma, e igualmente si tu recompensa fuera el paraíso. Así y sólo así debe ser la adoración que corresponde al Dios único y verdadero. Si Le adoras por temor, esto no sería digno en la santificada Corte de Su presencia y no se podría considerar como un acto tuyo dedicado a la Unidad de Su Ser. O bien, si tu mirada se fijara en el paraíso y Le adoraras abrigando tal esperanza, convertirías a la creación en compañera de Dios, a pesar del hecho de que el paraíso es deseado por los hombres.
Tanto el fuego como el paraíso se inclinan y se postran ante Dios. Lo que es digno de Su Esencia es adorarle por Él mismo, sin temor al fuego ni esperanza de paraíso.
Aunque cuando se ofrece verdadera adoración el adorador se libra del fuego y entra en el paraíso del beneplácito de Dios, aun así esto no debiera ser el motivo de su actuación. Sin embargo, el favor y la gracia de Dios fluyen siempre de acuerdo con las exigencias de Su inescrutable sabiduría.
La oración más aceptable es aquella que se ofrece con la mayor espiritualidad y esplendor; prolongarla no ha sido ni es querido por Dios. Cuanto más desprendida y pura sea la oración, tanto más aceptable será en presencia de Dios."13

EL BÁB

"Suplica de la gracia infinita de Dios todo cuanto desees. Mas si tuvieras en cuenta mi consejo, no desearías nada salvo la entrada en el Reino de Abhá, y no buscarías nada salvo los dones de la Belleza del Todoglorioso, ¡que mi vida sea sacrificada por Sus bienamados! Ésta es mi exhortación para ti."

'ABDU'L-BAHÁ

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